


Hoy después del desayuno nos han dejado una hora de libertad por las zonas comunes, yo ya he cogido el habito de ir directamente a la biblioteca y pasarme las horas leyendo, pero mientras iba, una chica llamada Sandra me a saludado.
Tengo que decir que es lo mas agradable que me ha pasado desde hace mucho tiempo, me ha contado que tiene anorexia y que dentro de tres semanas si todo sigue igual la dejaran irse, yo también la he contado todos mis problemas. Estaba esperando que se riera o me llamara loca o la típica reacción que suele tener la gente, pero Sandra sorprendiéndome me ha abrazado, se notó que era un abrazo sincero y lleno de empatía.
Reflexionando con mis terapeutas, hay algo que no llego a entender, se que estoy enferma, me lo dicen constantemente. Pero… ¿estoy enferma porque tengo una enfermedad, o porque la gente lo ve mal?
Cada uno elige su estilo de vida y su forma de ser, yo tengo que estar encerrada como una prisionera porque los demás no son capaces de ver mi vida como yo la veo. El sexo es bueno, da felicidad, se hace mucho ejercicio, ¿que yo lo haga en exceso es una enfermedad?
Veo mucha hipocresía cerca de mi y eso aumenta mis ganas de vomitar. No quiero seguir viviendo aquí, pero no me queda otro remedio.
El mejor día desde hace bastante tiempo.
L.
y comenta
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¿estoy enferma porque tengo una enfermedad, o porque la gente lo ve mal? Ahi se define todo tu relato, bueno. ¿quién tiene esa repuesta? ¿Los terapeutas? no lo creo
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¿Hay alguna diferencia entre este lugar y la cárcel? Desde luego que sí, los delincuentes tienen mas libertades que nosotros.