


Una yonqui cualquiera
Con el sabor del fin de semana en el cielo del paladar, me senté, dejé reposar los posos de la ilusión, cogiendo las fuerzas necesarias para incluir en este capítulo de mi vida la pluma que trazo a trazo dibuja mis temores y anhelos.
Suspirando por la rabia contenida. Por las horas que no tengo y embaucan a los sueños venideros. Disimulando la impotencia que se siente cuando los minutos, como el agua entre las manos, se te escapan.
Construyendo la paciencia para seguir al pie de este castillo de naipes. Condenada en el infierno del poder de las letras que se escapan de mis manos. Esposada como los presos, maniatada y resignada al fin, a sabiendas que es imposible escapar de ellas, se llamen como se llamen.
Un deseo que aparece mientras duermes, cuando despiertas, a todas horas. La sensación de sentir que tienes algo que contar y vomitas una tras otra las palabras que envuelven la idea que te domina, sin control, atropelladas, arrastradas por el aire de una voz que es del papel y no la tuya, viscerales, delatoras, cobardes en el instante, valientes en la distancia, envenenadas de verdad, borrachas del placer que las provoca y ¡condenadamente tuyas!
Y cuando envuelta queda la idea, suspendida, flotando en el núcleo de lo escrito, se cierra el ciclo adictivo de una composición que empieza, termina y encaja.
Pero al llegar a su fin, de nuevo llega el vacío que te queda al liberar a las que te amenazaban con el puñal. Y a esperar a que otra vez, se llene la vasija de ellas para poder volver a sentir que flotas en su infierno de adicción y, ¡otra vez a temblar! A temblar mientras terminas, aguardando a que el jamelgo del tiempo y de las ganas se te abastezca y te lo bebas de golpe, de un trago largo. Y cuando lo hace, llega la serenidad y vuelas en el aire.
Me metí unas cuantas líneas, que no rayas, pagué al camello por adelantado pero estoy absolutamente segura de que mañana, querré más.
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Gracias Néstor. Me alegro haberte provocado una mirada al pasado. Mil gracias por comentar y valorar.Poético y me encanta la metáfora. Suele parecerme redundante escribir sobre escribir.... pero me ha gsutadomejor ser escritor declarado que lector anonimo que puñetaMuchas gracias a todos por los comentarios. Jajajaja...aseret1013 el tuyo me ha reír, ¿una yonqui de una yonqui? ¡Toma ya! Gracias.¡Hasta el título lo has clavado! Nos vamos haciendo yonkis de tus letras :))Algo que todos los que pululamos hemos sentido, muy bien expresado.Que pasada de letras!
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María Montes encuentra en la casualidad de una visita médica, su historia, una que poco tiene que ver con las que durante todos los años de su vida había inventado.
Me despedí de la Cordura de un día para el otro. Sin previo aviso, sin meditarlo. La planté en la estación y le dije adiós con la mano.
Soy un perro corriente. Ladro, meo en las esquinas, huelo culos, muerdo zapatillas, lo normal...


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Una yonqui de la escritura. Amante de las palabras y del placer de jugar con ellas.