


Necesito vaciar mi alma de tantas cosas vividas.
Necesito vaciar mi alma de tantas cosas vividas.
A veces las personas que tenemos alrededor necesitan un poco de nosotros y a menudo podemos hacer más por ellas de lo que creemos, si dejamos de ver un muro infranqueable entre nosotros entenderemos que están deseosas de abrirse para recoger un poco de luz, un poco de luz que ese día en su vida alumbre su oscuro camino.
Y con poco tiempo y un poco de atención veremos cambios positivos de esas personas en sí mismos, en su vida, al menos durante un rato. Puede que con prestar un poco de nuestro tiempo para escuchar o para decir alguna cosa que pueda hacer sentir bien a los demás, algún consejo que demos desde dentro como si por un segundo esa persona fuera lo más importante del mundo, nos demos cuenta que hay más personas de las que creemos que necesitan tanto de nosotros..
Y en ese tiempo por breve que sea habremos hecho feliz a alguien que sin ser consciente nos pedía ayuda con su ahogada alma a voz en grito.
Todo sería perfecto, bucólico, si no fuera porque ahora me toca a mí recuperarme de todo el esfuerzo que realizando por los demás no he hecho por mí, me pregunto si cuando tenga posibilidad volveré a hacer lo mismo, aunque me temo que ya sé la respuesta.
y comenta
-
En el mundo existen millones de personas igual que tú; dadoras de consejos, de historias, de consuelos, que dejan el súper yo a un lado como diría freud, y todo por querer más a los externos que a uno mismo; sé que por ahora no lo vez, pero confía en que si no llega el momento en el que recuperes tu súper yo, llegará el momento en el que encuentres a una persona que te brinde lo que necesites.Siempre habrá gente con la que se puede contar y lo que no sabe el resto es que tras una máscara de fortaleza, son las que más ayuda necesitan. Yo creo que más tiempo hace falta gente que sepa escuchar, ahora se encuentra poco de esto... Saludos.En esto del toma y daca, se me ocurre que a todos nos parece que damos más de lo que recibimos. Tal vez sería más sano no esperar respuesta y disfrutar de el hecho de poder dar, y recibir una sonrisa como premio. Pero solo se me ocurre, no tengo nada claro en lo que hace a los sentimientos. Me gustaron tus reflexiones, porque me dejaste pensandoia!!! mui vonito pro le faltah pulidoh en my opiniónVolverás a hacer lo mismo y eso es lo que diferencia a la gente con la que se quiere estar de la gente con la que se debe estar. Saludos y feliz año.Es curioso cómo somos las personas (al menos algunos). Nos sentimos genial cuando damos, ayudamos y aportamos a los demás. Nos sentimos egoístas si lo hacemos para nosotros mismos. Y si lo hacen por nosotros, nos sentimos mal y en deuda… curioso mundo este.Vale la pena...claro que sí. Todos necesitamos una tabla de náufrago alguna vez. Guardo una para ti, si algún la necesitas...aquí la tengo. Un abrazo corazón.Ya, eso sucede a menudo, pocas dan y muchos toman, como si fuera la cosa más normal del mundo, eso es lo peor. Somos nosotros quienes deben controlar la dosis según nuestra ética y quien realmente lo merece....Estilo fluido Nora, escribes muy bien...un abrazote...con mucha LUZA veces creemos que somos un pozo sin fondo, damos todo el agua que piden a nuestro alrrededor sin importarnos nuestra extuctura interior, pero segun nos vaciamos, nuestras paredes se resecan, se agrietean y acaban por sepultar el agua que entregamos sin percatarnos en dejar un poco para nosotros, pero aun sabiendolo seguimos haciendolo, porque no sabemos decir que noClaro que lo volverás a hacer. Porque eso es lo que más nos hace crecer como personas. Alguien dijo una vez que los demás son el infierno. Pero no, son sólo un reflejo de nosotros. Ayudar a alguien es ayudarte a ti misma. Sentirse derrotado es sólo una ilusión, son falsas concepciones que nos creamos cuando dejamos a nuestra cabeza rumiar sin parar.
-
Por fin ha llegado el día, por fin me encuentro conmigo misma y con mis palabras de nuevo...
He pensado tantas veces en que sería de mi presente si hubiera elegido otros caminos que la sola idea de volver a intentar valorarlo me aburre.
Los pájaros que cada día visitaban mi soleada terraza aún no habían venido, todos los días hacía lo mismo, sacaba al perro a la misma hora y la misma pregunta a horas distintas.
Cada día huele más a verano y todavía es invierno, un invierno que se ríe del frio. Un invierno que no quiere serlo, un invierno que quiere ser primavera, como cuando una mujer siendo morena decide que es rubia.
Sabía que estaba viviendo tiempo de regalo desde que me levantaba por la mañana con la temperatura corporal de una merluza congelada.
Al principio del camino hay un montón de libros apilados en el suelo, ya los estoy viendo.
Buenos días , esta mañana a parte de con el café que tienes preparado en la cafetera, quería que desayunaras con esta carta que un día escribí para tí.
Por qué tenemos que esforzarnos en recordar nuestra esencia constantemente en lugar de ser al revés