


De amores malditos y toxinas prohibidas.
Vamos a dejarnos,
a limpiar nuestras lágrimas cuál efímero engaño.
A desatar las locuras de nuestro cálido abrazo.
A amarnos muy lento para no olvidarnos.
Vamos a dejarnos.
A dar un paso atrás y lamentar el rechazo,
pero nunca la agonía de un débil arrebato.
Como todas las caricias que impidió el dulce llanto.
Vamos a dejarnos,
de una vez por todas, así de tajo.
Para no ceder al tiempo y al fiel interinato,
para recordar el sueño y nunca el sútil daño.
Vamos a dejarnos,
y a limpiarnos las heridas de todos los maltratos,
a desangrar aquí para evitar morir tan rápido.
A desmembrarnos el hastío y olvidar el egoísmo,
que tan leal y tan impuro nos mantenía temblando.
Y vamos a dejarnos, por favor.
Para no tener que ver cómo el amor llega hasta el odio,
cómo es frío el verano cuando el Sol no llega a otoño,
cómo es fría tu ausencia y bastante corrosiva
las ganas tan profundas de arrancarte de mi vida
y no ver cómo en el acto se me acaba la alegría.
Para no ver cómo en el acto te pierdo al perderme,
¿o es que a caso yo me pierdo porque siento que te pierdo?
¿Qué más da?
Vamos a dejarnos,
pues mañana será tarde.
Y nunca es muy pronto para amarse uno mismo,
aunque sea de a ratos,
aunque sea poquito.
y comenta
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Me gustó! soltar lo inevitable... y dejar...y volverse amar "uno mismo, aunque de a ratos, aunque sea poquito"...HalpertLT ojalá sea de mucho, con demasiado. Saludos afectuosos.