Música para Camaleones

La realidad que supera ampliamente a la ficción - 9/10
Truman Capote tuvo a lo largo de toda su carrera una obsesión que dominó su prosa: fusionar la realidad con la narrativa. Él, mejor que nadie, supo combinar su costado periodístico y su creatividad literaria para dar vida a nada más y nada menos que un género inédito hasta entonces: la novela de no ficción, inaugurada con el best-seller A sangre fría. Música para camaleones es, quizás, su obra cumbre; la continuación perfeccionada de su misión intelectual y por qué no, un hito en el espectro de la narrativa breve.
Capote creía como ningún otro en ese aforismo que dicta que la realidad a veces supera a la ficción. Él fue testigo de ello a lo largo de toda su desenfrenada vida, gracias a su enorme capacidad de observación y a su puntillosa atención por los detalles. Nosotros, los lectores, somos los beneficiarios de otra sublime cualidad del autor: su capacidad de contar tanto lo cotidiano como lo extraordinario con notable habilidad y soltura. Pocos escritores saben elegir tan bien las palabras como Capote lo hace en este libro, una y otra vez, cuento tras cuento.
Música para camaleones es prácticamente un anecdotario levemente ficcionado. Comienza con cuentos simpáticos, entretenidos y variados en sustancia. La presentación es, diría yo, muy interesante, pero no extraordinaria. Lo brillante arriba promediando el libro, cuando el cuento largo “Ataúdes tallados a mano” se apodera del lector con una intensidad indescriptible. Se trata de una breve e escalofriante historia policial de la vida real que bien podría tener como protagonista a Sherlock Holmes y a Sir Arthur Connan Doyle como autor. Semejante relato es suficiente para extasiar a cualquier lector y sellar la calidad del libro, pero Capote se guarda algunos ases en la manga. El último segmento son crónicas de entrevistas y encuentros casuales que el escritor ha tenido con ciertas personalidades de distintos ámbitos, algunas famosas y otras no, incluyendo una entrevista a sí mismo. El resultado es soberbio. La narración de Truman Capote excede las expectativas de cualquier lector, dotando de vida a los personajes en cuestión y entreteniendo con historias atractivas desde una enorme multiplicidad de aristas.
Música para Camaleones es un libro patrón de narrativa; una prueba irrefutable de que la creatividad literaria no sólo se canaliza a través de la concepción de una historia, sino y fundamentalmente a través de la forma en que es contada. Capote sentó un precedente para todos aquellos que les encanta leer, pero sobre todo, para quienes disfrutan de escribir.


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En el fallido intento de escribir para vivir, he terminado viviendo para escribir.