


A mis treinta y quince soy todo lo que soy, una irreverente sin ataduras ni juventud...es lo que tiene.
p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; } A mis treinta y quince
Tengo, como diría Sabina, treinta y quince, pero cambio cada año. A esta edad, los años no se cumplen igual ni suman lo mismo. Ocurre algo muy parecido a los perros y los gatos, que cada año de la madurez equivale a siete de la adolescencia, cuando el tiempo es tan vertiginoso que hay que correr todo el rato. A mis treinta y quince, no me apuro; ya no tengo prisa, claro está, no tengo ningún interés en llegar antes que nadie a ciertas partes.
Tengo justo los años que tendría Gandhi e, incluso, Bob Marley, a mi edad, pero no voy presumiendo por ahí porque es una actitud pueril y yo de eso ya no tengo ni un pelo, que cada vez que busco aquella melena rizada y abundante con las manos, me tropiezo con una suerte de ralea mustia cardada a base de espuma, -he llegado a tener los rizos tan rígidos que me he hecho heridas al poner la cabeza en la almohada-. Prefiero, sencillamente, vivir como si tuviera la edad que tengo. El problema es que a veces no sé ni cual es, y resulta normal perder la cuenta cuando juega uno con cantidades astronómicas, así que no parece una cuestión de número.
Tengo años para dar y regalar, pero nunca doy lo que no me gusta recibir, así que convivo con esta sensación de resquemor hacia todos los jóvenes sin distinción de raza, sexo o sistema operativo. Desde que escuché por primera vez la frase de que “El futuro está en los jóvenes”, como si los no-jóvenes no tuviésemos ya nada que aportar aparte de los impuestos, no puedo evitar la sensación de náusea que me provoca su brutal exhibición de vitalidad. No tengo dudas, entiendo tan poco de futuro como a Shakira cuando canta (y sé cuándo no canta en inglés porque entendería alguna palabra suelta).
Tengo los años suficientes para que dos bebés y medio se convirtieran de inmediato en mayores de edad y eso me hace más inmortal que de joven, cuando la edad sólo servía para que te dejaran entrar en la discoteca o comprar alcohol en la gasolinera; pura mercancía. Por eso, ahora que gozo de todo mi tiempo, ahora que frecuento mi alma más que los bares, que me persigue la parca más que mi madre, ahora sé que no hay mal que cien años dure...ni cuerpo que lo resista. He dado fe de vida de todos mis años. Y sigo viva.
y comenta
-
¡Gracias Chinclaloca! Gracias por leer y por leer-me. Agradezco mucho que te hayas tomado un ratito de tu tiempo para entregármelo a mí; muchas, muchísimas gracias por ello.Gracias por leerme, GuillermoGTO. Yo no quiero morir joven (entre otras cosas porque ya no llegaría a tiempo), pero sí entera, consciente, siendo yo y sabiendo que lo soy. Me gusta que te guste....igual también te gustaría visitar mi blog: http://solosasa.blogspot.com.es/ En él puedes encontrar un par de textos más. ¡Un placer conocerte, Guillermo!Hola Bluess. He leído tu texto y me gustó mucho, sobre todo eso de que !dios tiene 18 años! ¡muy bueno! He intentado por varias veces ponerte un comentario pero no sé si es que mi cabeza no me da para más que no lo he conseguido; valoración sí te he dado. Un abrazo y a seguir en la lucha.Muy bueno, muy bueno. De acuerdo contigo, en este mundo cualquier persona mayor de 35 tacos parece que no tiene derecho a la vida, al sexo, a disfrutar, a entender lo que pasa, a opinar( ahora se llevan los políticos "adoleces") No estoy en contra de la juventud...creo, pero sí de la dictadura que se impone por todos los lados. Échale un vistazo a "Adoleces" un escrito mio de hace unos meses. Saludos Sasa.Olé. Me encanta
-
Fermín no era supersticioso, pero si la vida lo ponía en esa tesitura, estaba dispuesto a serlo...
A mis treinta y quince soy todo lo que soy, una irreverente sin ataduras ni juventud...es lo que tiene.
El sexo no tiene que ser entre dos, ni entre tres, ni entre cuatro, ni entre veinte...no tiene nada que ver con el número; es sexo, no matemáticas.
Un vecino puede ser muchas cosas, puede ser un trabajador ejemplar, un padre maravilloso, una persona amable de las que quieren ayudar en todo y más, un ser honesto, solidario y bondadoso...pero también puede ser todo lo contrario.


-
5
-
4.64
-
-
Soy una escritora aficionada que, hasta hace bien poco escribía únicamente para mí. Desde hace apenas un año, escribo públicamente en un blog (http://solosasa.blogspot.com.es) que, si bien no tiene mucho éxito, a mí me proporciona muchas satisfacciones. Por si sirve de algo, soy licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación y actualmente busco trabajo como Redactora de Contenidos (en realidad, como cualquier cosa que tenga que ver con la escritura).