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Caminando caminando
cuán hermoso es caminar
día de sol y brisa fresca
por una callecita alejada
del cemento citadino.
Encuentro
el cadáver de una urraca
perfectamente rígido
como dentro a un ataúd de aire
en posición supina.
Me detuve a contemplar
con respeto
esta hermosa ave
hija del viento
y del cielo azul
Cogí una amapola
que la brisa mecía
la dejé en su blanco pecho.
Me alejé con los versos del poeta
“qué solos
se quedan los muertos”
y comenta
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Perdón, era un mensaje a un poema de Ana, no sé por qué apareció aquí. Seguramente distracción mía.Un despertar de fuego.Hermoso! Refleja la sensibilidad del poeta. Saludos Manro. Feliz tarde!!Todo camino es lugar de encuentros, algunos alegres, otros tristes. Y sí, en la muerte siempre se está solo.Nosotros siempre nos encontramos al borde del camino, y vivimos en la cuerda floja ane cualquier eventualisad. La urraca es el símbolo de la fatalidad. Muy buena reflexión.
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Es más bien un intento de ejercicio donde se mezclan algunos planos mentales con la irrumpción del elemento fantástico.