


Al mercado de la Culpa asisten los mercaderes. Los abyectos aumentan los niveles de fabricación y la intermediación de los canallas eleva el precio – le agregan TAE, TIN...BOE-. El sensible se endeuda hasta la inacción. Sólo entonces, cuando el negocio empieza a flaquear, y justo antes de que cada cual deba hacerse cargo de sus errores, algún fabricante recompra su producto y lo almacena en un sitio oscuro, a la espera del desplome del precio de la dignidad.
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Periodista de profesión, escribo por simple gusto. No suelo ser demasiado extenso, no me sale, la ansiendad me puede...