


DE UN CUADERNO OLVIDADO
Ayer, en una de esas calles alfombradas con hojas de plátanos y retazos de sol, mientras caminaba sin rumbo, alguien me sopló un recuerdo. Y fue como si esa brisa, que se arremolinaba en mi nuca, recorriera mi alma, abriendo ventanas, soltando palomas mensajeras, excitando gorriones. Para no perderte, como siempre sucede, me senté en el cordón de la vereda y allí, entre hojas que ensayaban un vuelo corto y aterrizaban desilusionadas, desanimadas, dibujé en el aire nuestra canción. Porque teníamos una canción. Una melodía que, mismo siendo conocida por otros, era solamente nuestra. Una melodía que nos unía en un sentimiento que creíamos único e inédito.
No es posible, tú lo sabes y yo lo sé, que éstas cosas perduren. Porque el amor, tan humano y tan carnal, que un día inventamos se esfumó, retrocedió y se perdió en la niebla del tiempo, naufragó en un mar negro y agitado. Se hizo murmullo ininteligible, inaudible…
Me molesta ese aire romántico que, de vez en cuando, me envuelve y traspasa todas mis defensas. Ahora es distinto. Pero, mi sensibilidad estúpida te recuerda caminando por nuestras calles, vestida de jovencita casi mujer, plena de ternura y luz. ¿Acaso no te tuve debajo de mi cuerpo gimiendo de placer? ¿O es que el sexo no alimenta el romanticismo? No sé. Te prefiero así. Caminando etérea y dulce junto a mí, ajena a toda guerra, extraña a toda crisis, murmurando palabras de amor que yo no pude ni podré comprender.
Porque unos nacen para el amor y otros para el dolor. Y yo pienso, y a ti no te importa, que el país se hunde, que todo está a un paso del abismo inmenso, que el hambre come vidas y los pobres se arrastran por la basura. Y tú piensas, y yo no te admiro por eso, que el mundo es como es y que nada ni nadie puede cambiarlo.
No soy capaz de construir historias de amor, pero puedo emocionarme en una tarde como ésta, sentado en el cordón de la vereda, ajeno a las miradas curiosas, mientras tu recuerdo palpita en mis venas y las hojas, desanimadas, ya no intentan ser pájaros.
(DEL CUADERNO DE GERMÁN. Junio/79)
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Me ponen tus textos, jaja.Como siempre tus escritos me han gustado. Gracias.Wow, me ha traspasado tu texto. Dolorosos recuerdos.Excelente relato con fuerza y toques poéticos. Saludos HiggieBárbaro en todos sus ángulos, una prosa excelenteQue bueno Carlos! Que hermoso relato nos regalaste. Un abrazo, continúa escribiendo y compartiendo.Un placer haberte leido.Wow tus líneas son tan bellas e inspiradoras que logran robarme suspiros, siempre será un placer leer algo tuyo. Saludos querido Carlos Higgie :-*
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Idiomas, culturas, sentimientos, costumbres, se mezclan en la frontera Uruguay- Brasil. Allí, las palabras adquieren otra dimensión.