


-¿A qué obedece tu belleza, vida mía?- pregunté.
-A la desbocada catarsis que tus sesos folla.- me respondió. Acarició los muslos pintados con sus ajustados vaqueros, y cuando la puerta del vagón se abrió, tiró el bolso carolina herrera por la ventana. –he perdido las llaves de mi casa, poeta, tendrás que llevarme contigo.
-De tu palacio, dirás, insensata; a mi mundo, te referirás, princesa.
Ella sonrió y asintió. Se desgafó, dejando liberados sus ojos para mis ojos y para el mundo, bendito regalo del azar, magnífico trofeo para el soñador.
-Fóllame el alma, corazón.- me susurró al oído. Y yo, que me tomo los aspectos espirituales, con incomparable seriedad. Yo, arrodillado a sus pies, le mordí la fría tela, muerta tela, de sus putos pantalones. Tiré de ellos, comí de ella, compusimos un solo acorde, que resonó en el tren con armónico eco.
Besé primero su cintura, a sabiendas de que podría contener una vida, con constancia, de que en su interior ardía mi vida. Lamí su ombligo puro, sus muslos desnudos, su vagina depilada al servicio de mi patología coronaria. Chupé, de lo más profundo de su carne, para beber la sabiduría, que contienen los elementos mundanos, nacidos para otorgar de belleza al mundo. Me regocijé, vida mía, de estar vivo, y abusé haciendo flexiones con mi lengua en tus labios inferiores de forma reiterada y desmesurada, como quién ha nacido, para alimentarse de tal preciosismo.
Luego la anciana sentada en el rincón, se levantó con rapidez para sentarse en un lugar distante de la escena ardiente. Los chicos próximos sonrieron, los fantasmas cercanos lloraron, nostálgicos por sus vidas; otras parejas, que había cerca, siguieron nuestro ejemplo y se corrompieron. Dios negó con la cabeza, desde el cielo, haciendo pendulantes movimiento con el dedo, de su mano derecha: “no…no…no…”.
Me introduje luego en el interior de la chica, por mi parte corporal más grosera, pero homenajeando de forma definitiva, a todos mis versos.
-Este es mi mejor poema, en versión original.- pensé mientras bailábamos desnudos, al son, del traqueteo del endiablado tren. Luego la besé en la boca, ella me chupó la lengua, volví a penetrar su húmedo agujero con afanado interés: besé su cuello, chupé el lóbulo de sus orejas, y le susurré al oído que aguantara el orgasmo, toda una vida. Sincronizamos el corazón, con los movimientos de cadera de aquel baile, pero cuando llegó el tren a su destino, ella se vistió, se peinó, y bajó erguida las escaleras, como Kate winslet en Titanic; con un desagradable tono de superioridad, que me obligó a quedarme, sentadito en el lugar, donde minutos después tuve que ceder mi sitio a una señora embarazada.
Tengo prohibido desde entonces, subir a los trenes; pero no me importa, mientras me dejen sentarme en las vías. Tengo un pelo tuyo, entre los dedos, espero que vengas a buscarlo, huele a tu boca todavía. Sueñan mis dedos, cada noche, con tu coño; como si de impensantes células, pudieran surgir unas desmesuradas motivaciones impulsivas por devorarte de forma desmedida. No he vuelto a nacer, todavía. Contengo el orgasmo, pero cuando nadie me ve, me siento a cantar, sobre las vías, a ver si tuviera la suerte, de que viniese tu tren, y me atropellara otra vez…otra vez.
y comenta
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A partir de ahora, subiré al tren cada mañana en busca de poetas como tú... espero que no haga falta que me compre unas rayban... jajaja Me ha gustado muchísimo el texto, muy tuyo, muy de los que me gustan, y lo sabes... genial, sencillamente genial. Repito: no dejes de escribir jamás! Que soy tu grupi namber guan xDDDSinceramente, lo único que me gustó ha sido el final. Ha de ser cuestión de tiempos modernos, perdona...
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Versión modificada para los "menos modernos", chris espero que me comentes que te parece, un abrazo :)
Dar las gracias a None por su contribución al "orto" del relato: me pasa por usar palabras de léxicos exóticos. Y ya respondo tu duda también: este texto nació de la inspiración de un par de grandes películas sudamericanas, "Martin H" y "Lugares comunes", las partes tontas del texto, son culpa mía jaja. Un abrazo a todos, y gracias de nuevo.