


Aleteando sobre el río, miró fijamente al hombre del puente antes de aconsejarle: <<Si yo fuera usted, seguiría viviendo. El salto depende de su voluntad, no cabe duda, pero no crea que dejándose caer logrará liberarse. Me informé. ¿Usted es R. M., no? A día de hoy le toca el infierno. Muy pocos lo saben porque es casi un secreto, pero allí abajo se va para nacer… Mal asunto, ¿no cree?>>.
y comenta
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un mini muy bien logrado.Excelente, cómo en tan pocas palabras has captado algo tremendo...