


.
Tardé seis horas en atravesar el desierto sobre el duro asiento de una furgoneta con el estómago vacío. Pero no sirvió de nada. Mañana regreso a casa, después de haber dejado la ilusión clavada en esta valla, y caminaré de nuevo bajo el sol, esta vez sin la defensa invisible de los sueños, esperando que el poblado se yerga sobre las nubes de polvo y que la vergüenza se asome a mi rostro.
Se han apagado las luces y todo está en silencio. Necesito dormir, pero el silencio de padre se ha adueñado de mi mente, y me vuelve loco.
y comenta
-
Un pedacito de dura realidad muy bien narrado...excelenteEntendí la imagen, pero no tanto su significado alegórico.
Tienda
La Vida Misma
Vampiros, licántropos y otras esencias misteriosas
La otra cara de la supervivencia
De frikimonstruos y cuentoschinos
Cuatro minutos
Sin respiración
Cien años de sobriedad
El secreto de las letras
Grandes Relatos en Español
Chupito de orujo
En tardes de café

