


En la oscuridad
Terror |
31.10.06
Sinopsis
Lo enviaron al psiquiátrico cuando lo encontraron en el vetusto sótano del edificio metido en el traje de cuero negro sentado observando imperturbado, como sumergido en un silencio ceremonioso, la ropa que giraba dentro de la máquina lavadora.
El coche frenó y lo arrojaron empapado fuera mientras la gente en la plaza se manifestaba. Una señora gorda, en un vestido floreado, que sostenía a un caniche, también agitaba su cartel de protesta, cuando vio que las personas empezaban a correr con pánico en distintas direcciones. Un hombre envuelto en llamas se dirigía sin control hacia ella y en un acto reflejo lanzó a su mascota contra el hombre cubierto de fuego. El animal impactó y al caer al suelo pudo reincorporarse y escapar mientras lastimado lanzaba chillidos agudos.
Despertó en el hospital varias semanas después. Un cielo triste apenas se asomaba entre las nubes que adornaban la ciudad. Le hubiera gustado ponerse de pie y observar por la ventana.
Días más tarde, cuando despertó, una señora de pelo espumoso y blanco, le miraba fijamente, de pie, sin moverse, con sus brazos caídos relajados.
Estaba sentado en el antiguo sótano, inmerso en la oscuridad, rodeado de aquellos adorables vecinos, y el espacio se acortaba lentamente entre su cordura y aquellos luminosos ojos verdes.
El coche frenó y lo arrojaron empapado fuera mientras la gente en la plaza se manifestaba. Una señora gorda, en un vestido floreado, que sostenía a un caniche, también agitaba su cartel de protesta, cuando vio que las personas empezaban a correr con pánico en distintas direcciones. Un hombre envuelto en llamas se dirigía sin control hacia ella y en un acto reflejo lanzó a su mascota contra el hombre cubierto de fuego. El animal impactó y al caer al suelo pudo reincorporarse y escapar mientras lastimado lanzaba chillidos agudos.
Despertó en el hospital varias semanas después. Un cielo triste apenas se asomaba entre las nubes que adornaban la ciudad. Le hubiera gustado ponerse de pie y observar por la ventana.
Días más tarde, cuando despertó, una señora de pelo espumoso y blanco, le miraba fijamente, de pie, sin moverse, con sus brazos caídos relajados.
Estaba sentado en el antiguo sótano, inmerso en la oscuridad, rodeado de aquellos adorables vecinos, y el espacio se acortaba lentamente entre su cordura y aquellos luminosos ojos verdes.
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PerturbadorInteresante.La verdad es q es muy raro y casi no lo he entendido.Extraña experienciaFlojillono ha estado nada mal. lo que me ha gustado más ha sido lo de la lavadora centrifuga, lo de la manifestación y el perro caniche y las llamas. una sucesión de acontecimientos acelerada y surrealista condensados en un fragmento, en el que tal vez intente reflejar una emanación de un estado de conciencia tan perturbado como creativo
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