


En un futuro cercano II, conclusión.
Fantasía |
06.03.07
Sinopsis
“En un futuro cercano II”, conclusión.
Relato de Ciencia Ficción.
Los días pasaban lentamente…., era un martirio vivir en aquel exilio al que me habían impuesto aquellos seres extraterrestres. Estaba presa en aquel planeta misterioso y raro, donde los habitantes sólo nos querían usar como instrumento para acabar con la raza humana.
Querrían invadirnos en un futuro cercano….; se iban a hacer pasar por terrícolas. Nos tenían cautivos pues querían copiar nuestra manera de pensar y de actuar. El planeta Ostelo no era ni parecido a la Tierra; era frío, desolado, con poca vegetación. Los días y las noches eran casi iguales; días grises y noches claras, donde no se veía el principio ni el final de los días.
No veía mucha fauna tampoco; agua si había y abundante, era agua termal, que provenía de muchos pozos. Los usaban para bañarse, calentarse y para darse baños terapéuticos, que les prolongaba la vida, según me contaron ellos.
El planeta era regido por un Rey, no había distintos países, era uno solo. El Rey “Emir” tenía a su cargo un ejército de militares, entre los cuales oscilaban distintos rangos. Los demás pertenecíamos al pueblo o “sumisos” como nos llamaban los militares.
Aprendí a fingir…., les hice creer que estaba contenta allí, pues de lo contrario podría ser eliminada, como ya había sucedió con varios de los compañeros míos. Contaba los días que faltaban para poder fugarnos, estábamos a merced del tiempo, esperando la llegada del eclipse.
Vivíamos sumisos a la fuerza de aquellos horribles monstruos; eran una raza superior de guerreros espaciales, carentes de sentimientos. Estaban mucho más avanzados que nosotros en la Tierra, pero querían cosas de nuestro planeta que ellos carecían.
Para poder fugarnos teníamos que esperar a que pasara el eclipse, pues eso podría interferir con el viaje interplanetario, debido a que ese día iba a haber una lluvia de meteoritos.
El día del eclipse de los Solunos llegó finalmente; pero a diferencia de que en la tierra todo se oscurece, allá en el planeta Ostelo no hubo una oscuridad total, fue sólo parcial. El cielo quedó pintado durante varias horas con un color rojo intenso, parecía un cuadro surealista.
Todo estaba listo ya, el eclipse ya había pasado y todos los olim estaban todavía en el Mar Visor, entretenidos, comentando y viendo las fotos. Nosotros aprovechamos ese momento para el escape programado.
La nave en la cual nos íbamos a fugar era un prototipo nuevo de vehiculo intergaláctico; llamada 3XH, manejado con combustible de gas propano. Tenia además una especie de radar supersónico al cual se le marcaba el lugar donde se quería ir.
Aprovechando el descuido de los guardias del aeropuerto espacial, Belir y yo, acompañados de muchos terrestres más que también querían escapar, llegamos a donde estaba la nave que nos traería de vuelta a la tierra. Tratamos de hacer todo en silencio, para que no se dieran cuenta, para que ninguna alarma sonara, ni ninguna cámara emitiera nuestras imágenes.
Cuando estábamos casi listos para zarpar, uno de los guardias se dio cuenta y aviso a los demás guardias que estaban absortos en aquel fenómeno que sólo sucedía allí cada veinte años. Empezó a sonar una alarma que parecía una melodía infernal. Tuvimos que apresurarnos y escapar de una vez.
Emprendimos el viaje de vuelta a la tierra, tenia mucho miedo de que los guerreros del planeta
Relato de Ciencia Ficción.
Los días pasaban lentamente…., era un martirio vivir en aquel exilio al que me habían impuesto aquellos seres extraterrestres. Estaba presa en aquel planeta misterioso y raro, donde los habitantes sólo nos querían usar como instrumento para acabar con la raza humana.
Querrían invadirnos en un futuro cercano….; se iban a hacer pasar por terrícolas. Nos tenían cautivos pues querían copiar nuestra manera de pensar y de actuar. El planeta Ostelo no era ni parecido a la Tierra; era frío, desolado, con poca vegetación. Los días y las noches eran casi iguales; días grises y noches claras, donde no se veía el principio ni el final de los días.
No veía mucha fauna tampoco; agua si había y abundante, era agua termal, que provenía de muchos pozos. Los usaban para bañarse, calentarse y para darse baños terapéuticos, que les prolongaba la vida, según me contaron ellos.
El planeta era regido por un Rey, no había distintos países, era uno solo. El Rey “Emir” tenía a su cargo un ejército de militares, entre los cuales oscilaban distintos rangos. Los demás pertenecíamos al pueblo o “sumisos” como nos llamaban los militares.
Aprendí a fingir…., les hice creer que estaba contenta allí, pues de lo contrario podría ser eliminada, como ya había sucedió con varios de los compañeros míos. Contaba los días que faltaban para poder fugarnos, estábamos a merced del tiempo, esperando la llegada del eclipse.
Vivíamos sumisos a la fuerza de aquellos horribles monstruos; eran una raza superior de guerreros espaciales, carentes de sentimientos. Estaban mucho más avanzados que nosotros en la Tierra, pero querían cosas de nuestro planeta que ellos carecían.
Para poder fugarnos teníamos que esperar a que pasara el eclipse, pues eso podría interferir con el viaje interplanetario, debido a que ese día iba a haber una lluvia de meteoritos.
El día del eclipse de los Solunos llegó finalmente; pero a diferencia de que en la tierra todo se oscurece, allá en el planeta Ostelo no hubo una oscuridad total, fue sólo parcial. El cielo quedó pintado durante varias horas con un color rojo intenso, parecía un cuadro surealista.
Todo estaba listo ya, el eclipse ya había pasado y todos los olim estaban todavía en el Mar Visor, entretenidos, comentando y viendo las fotos. Nosotros aprovechamos ese momento para el escape programado.
La nave en la cual nos íbamos a fugar era un prototipo nuevo de vehiculo intergaláctico; llamada 3XH, manejado con combustible de gas propano. Tenia además una especie de radar supersónico al cual se le marcaba el lugar donde se quería ir.
Aprovechando el descuido de los guardias del aeropuerto espacial, Belir y yo, acompañados de muchos terrestres más que también querían escapar, llegamos a donde estaba la nave que nos traería de vuelta a la tierra. Tratamos de hacer todo en silencio, para que no se dieran cuenta, para que ninguna alarma sonara, ni ninguna cámara emitiera nuestras imágenes.
Cuando estábamos casi listos para zarpar, uno de los guardias se dio cuenta y aviso a los demás guardias que estaban absortos en aquel fenómeno que sólo sucedía allí cada veinte años. Empezó a sonar una alarma que parecía una melodía infernal. Tuvimos que apresurarnos y escapar de una vez.
Emprendimos el viaje de vuelta a la tierra, tenia mucho miedo de que los guerreros del planeta
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Algo más flojilla que la primera.A mí me gustó, pero tanto como Asimov...Me ha gustado mucho, como las novelas de Asimow, uno de mis autores favoritos, y el nombre de ese planeta me resulta sublime.Me ha gustado mucho, como las novelas de Asimow, uno de mis autores favoritos, y el nombre de ese planeta me resulta sublime.:D muy bueno me gusto bastante


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