


vino con hambre de mi
Reclamándome noches de juerga
En un antiguo país
Le cante con un triste aullido
Una balada de amor en París
Luego hicimos la guerra
Y un sexo de heridas profundas
Clavandole mis dientes y uñas
Y Ella las suyas a mi
Y tras una triste contienda
con su luz llena de sangre
La luna tuvo que partir
Apenada hacia otros lugares
A buscar lobos con alma
Solo para hacerlos sufrir.
y comenta
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“De mi riqueza sin virtud, de mi vanidad sin premio, soy vecino inofensivo Soy el Crónida (Zeus y Hera hacen el amor ocultos en una nube dorada en la cima del monte Ida.) que mora en las nubes. Viro en la tormenta, como nave sin puerto Me unge un bosque sacro. Y su eco laberíntico. Lobo poético, espejo efusivo Muerdo pensamientos. Soy un loco. ¡Y si me roban mis lunas, un niño muerto!...” Bueno amigo bú, jeje, a tu esquelética luna, yo te expongo la locura que la luna crea en mí. Pero, vamos, que la tuya ¡no tiene desperdicio! Unas descripciones ¿anímicas? ¿sexuales?, pero estremecedoras y fascinantes. Tu archivo se sigue enriqueciendo. Un saludo cordial- Stavros