


Tan fea era que hubo que sacar una Ley por la cual se multaba a quien osara exponerla en público.
La recuerdo fea, desagradable y maloliente. Su cuerpo era una masa informe, aunque siempre quería llamar la atención allá donde estuviera,
Por más que intentara deshacerme de ella, era imposible, fuese donde fuese allí me la encontraba, era casi como una pesadilla
Tan repugnante era, que por más que la ignorara, e incluso que la desplazaras al peor lugar del mundo, a ella le daba igual, volvía a aparecer nuevamente. Su orondo cuerpo se secaba con facilidad, lo que le daba un aspecto envejecido y acorchado, que incluso era de agradecer, ya que su reciente juventud dejaba entrever todos sus defectos sin disimulo.
No tuve el atrevimiento de acercarme a ella, ya que el solo notar su presencia era una razón más que evidente para huir despavorido, para escapar de allí, de aquella presencia infame.
A tanto llegaba su repugnancia que hubo que sacar una Ley por la cual se multaba a quien osara exponerla en público.
Lo peor de todo era cuando ya no había remedio, cuando acababas con ella pero sin querer, cuando la suela de tu zapatilla se impregnaba de todo su ser, de ella, de la auténtica ...mierda de perro.
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Tan fea era que hubo que sacar una Ley por la cual se multaba a quien osara exponerla en público.
No quise conocerte, pero dependo de ti. Maldigo el día en que hiciste acto de presencia en mi vida