


Es de buen nacido ser agradecido. Así se lo enseñaron en la escuela y así es como lo pone en práctica la agradecida protagonista de este microrrelato.
Gracias por estar a mi lado. Por aguantar mis días tontos. Por preguntarme cuando me ves cabizbaja. Por tener tanta paciencia con mis padres. A veces son un poco pesados, pero te quieren y lo sabes.
Gracias por esas notitas tontas que me dejas escondidas dentro del bote de la harina. Por poner siempre tú la gasolina del coche. Por secarme las lágrimas cuando me saltan por alguna tontería. Por bajar a por tomate triturado cuando me quedo a medias con los espaguetis.
Sé que te lo devuelvo todo con creces, porqué la ley de la reciprocidad que planeaba en mis cielos y que nunca aterrizaba lo ha hecho por fin estando contigo.
Pero solo te pido una cosa: el día que me veas por la calle salúdame y dime que eres tú, que llevo una eternidad buscándote y no hay forma de encontrarte.
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Néstor cree haber encontrado la solución a todos nuestros problemas. Quizás estamos ante las puertas de la bendita felicidad y aún no lo sabemos. ¡Descúbrelo!
Es de buen nacido ser agradecido. Así se lo enseñaron en la escuela y así es como lo pone en práctica la agradecida protagonista de este microrrelato.
Los amores tóxicos nos destrozan, nos desarman, nos anulan. ¿Lograremos alguna vez desengancharnos de ellos? Los que lo han conseguido cuentan que de vez en cuando la nube de vapores tóxicos no les deja ver el camino.


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La Hescritora escribe microrrelatos hilados con pedazos de ella y de otros (sin su permiso) aderezados con ironía y locura cuerda. Sin duda, el desamor, la pérdida y la incertidumbre son los motores que la empujan a cometer las locuras literarias que la consagran como la mejor escritora de su mundo, un mundo en el que la palabra 'escritora' se escribe con 'h' y no es muda. ¡Descúbrelo!