


Este poema responde a una tarde muy gris de un día sin sol. No me gusta escribir diarios, pero sí dejar rienda suelta a mi rabia a través de la escritura...
Dicen que no hay mal que por bien no venga
y bien sé que no hay quien aquí, así, me retenga.
Me muerdo la lengua y me hago la muerta,
flotando en el océano que me lleva a tu puerta.
¡Que no hay convicción para el que es inseguro!
¡Que cuando auguro el fracaso
a un paso, me hundo!
No existe orden en el mundo
si lo que abunda es el caos,
ni importa el lugar...
nada cambia. No hay más.
Pues por más que lo intento,
o no pienso
en los besos,
los sesos, las vísceras:
miserias del sexo;
ser nada es ser cóncavo,
cuando acabo sin huesos,
por el hiriente vacío que surgió del convexo.
Un trasiego de ensoñaciones son las canciones más tristes,
tras el ego de ambiciones que nunca luego persisten.
Puedo jugar a ser experta,
una excepcional mente despierta...
Al final no doy más,
soy incapaz de ser tenaz
en una estéril edad para la cosecha,
e insatisfecha de esta verdad.
y comenta
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a mi si me ha satisfecho este poema,muy bueno.Genial el poema, de los mejores qe he podido leer por aquí.
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Ansiamos el control de la realidad en la que nos criamos y así nunca poseemos nuestros sueños, pues somos nosotros quienes les pertenecemos y quienes sufren el olvido.
No hay nombres, ni géneros, ni datos; son solamente pensamientos queriendo tomar la palabra.
Este poema responde a una tarde muy gris de un día sin sol. No me gusta escribir diarios, pero sí dejar rienda suelta a mi rabia a través de la escritura...
Todos hemos jugado a las palabras encadenadas...otras veces son las palabras las que nos encadenan a nosotros.
Producto de la escritura automática de un atardecer de Domingo, y que no pude publicar en su momento por encontrarse la página fuera de servicio...más experimental que literario :)