+J-J.

La tierra da vueltas, el cielo es azul y todo el mundo muere, todos menos yo.

Al igual que Dorian Gray la parte oscura que todos llevamos dentro me otorgo aquello que menos deseaba.

Puede que el motivo fuese que la protección que todos llevamos y que se suele denominar alma la deje olvidada en alguna parte, o me la robaron, eso lo desconozco por completo, solo sé que quede desprotegido para el mal que porto.

Él tenía su cuadro, yo tengo mi libreta.

Ha llegado tal extremo de toda esta locura que le he cogido temor; cuando la compre su portada era de un rojo brillante, poco a poco fue tornando oscura, lo achaque a la humedad de este lugar, a la poca calidad del material con que fue fabricada.

Pero con el tiempo cuando empecé a intuir que algo no iba bien y coincidiendo con un día de limpieza a fondo, incluyendo la típica tirada de materiales inservibles que solemos guardar en casa con la excusa de “por si acaso más adelante hace falta”, vi esa libreta oscura entre las demás.

Negra, yo jamás compraría una libreta negra, me dije; me senté al borde de la cama y empecé a leerla.

En la primera página vomite: ¿yo he escrito esto?, no recordaba haber plasmado allí cada una de las palabras horripilantes y repulsivas que formaban los relatos que allí fueron plasmados.

Con el tiempo he relacionado este hecho con la negativa de la muerte a venir a buscarme, pero como en el cuento; quien quiere destruir una parte de si pese a que la odie con todas sus fuerzas, si se puede llamar a esto odio, pues hace mucho que deje de sentir nada; por cierto si hay alguna duda, tengo ahora más de 500 años, de los que la gran parte de ellos vivo aquí en medio del bosque más recóndito que pude encontrar pues no sabía cómo dar explicación según todos los que me rodeaban fueron muriendo, yo y la libreta que guardo en un baúl de madera con 4 candado cuyas llaves tire hace tiempo, pues tengo miedo de ver hasta donde ha llegado la maldad plasmada entre sus paginas.