


Deseo aclarar que ya he recibido críticas por el tema del relato, y soy consciente de que podría no parecer "adecuado" esta historia al comenzar el año, pero en fin, son cosas de las "musas" y el inconsciente que alberga todo tipo de sombras espeluznantes, por lo menos el mío... En fin, no me gusta dar explicaciones sobre lo que escribo, de modo que lo dejo así. Un abrazo a todos y ¡feliz inicio de año!
El hombre se levantó de la cama con súbitas ganas de orinar. Miró el reloj que tenía en la mesilla de noche y vio que eran las tres de la mañana. Recordó entonces una película que le había impresionado, sobre el caso real de un exorcismo, donde explicaban que aquella hora de la madrugada era la hora del demonio. Se sintió un poco nervioso con aquel recuerdo, y sacudió la cabeza como para ahuyentarlo.
En el cuarto de baño, tras aliviar su vejiga, se inclinó sobre el lavabo para lavarse las manos. Evitó con cuidado mirarse en el espejo; fue entonces cuando descubrió la extraña sombra que proyectaba el vaso de cristal vacío que se hallaba junto al grifo. Parpadeó un poco para aclararse la vista; el dibujo continuaba allí, nítido y siniestro, como burlándose de él. Era el rostro de una calabaza de Halloween, de esas que suelen utilizar para dar miedo a los niños. Él no era supersticioso; bueno, solo un poco, pero aquello parecía un mal presagio.
Se persignó con la mano derecha temblorosa, y antes de apagar la luz, volvió a evitar el espejo.
A pesar de todo, fue capaz de sonreír cuando vio a la mujer que lo esperaba en la cama. Aquella noche él le había hecho el amor durante varias horas, de modo que ella no podía quejarse.
Era hermosa, con su largo cabello rubio y los ojos ausentes, como si estuviera contemplando un paisaje propio, ajeno a este mundo.
El hombre regresó a la cama y la abrazó con cuidado para no despertarla. Su cuerpo estaba frío, así que él la estrechó un poco más, para darle calor. En ese momento de la boca femenina salió un sonido; el hombre no se alarmó porque lo había oído en otras ocasiones, con anteriores compañeras de cama. Él apretó los ojos y rogó a Dios que aquella relación durase un poco más, pese a que el verano se acercaba y el hombre era consciente de lo que aquello significaba. Otra partida; otra dolorosa separación.
Volvió a recordar la sombra siniestra del vaso, y hundió la cabeza en el cabello de la mujer dormida. Aspiró su aroma con fruición: olía a claveles, a tierra fresca y a lo que él más temía. «Todavía no, todavía no» pensó al tiempo que se aferraba al cuerpo inerte que había comenzado a hincharse por causa de los gases y a despedir aquel olor dulzón característico.
Al final, él se resignó. Dentro de poco tendría que hacer otra visita al cementerio, en busca de una nueva amante.
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Muchas gracias a todos por sus comentarios... MysticSelene, no sabría decirte sobre algo "puntual" que haya inspirado este relato, sino el deseo de tratar el tema del "amor a la muerte" que en este caso resulta ser "literal"... Sobre las descripciones, tienen que ver con experiencias mías y "recreaciones" del inconsciente... ¡Saludos!Es un tema un poco delicado eso sí y tampoco es de mis favoritos, pero no por la fecha en que lo escribiste, qué tendrá que ver... Aún así me enganchó del principio al final y está bien estructurado y redactado. Me crea curiosidad saber qué te inspiró a escribir este relato. Sobretodo por el detalle de algunas descripciones como por ejemplo "a despedir aquel olor dulzón característico". No tengo ni idea ni nunca me había planteado a qué huele una persona muerta llegados a ese punto y menos que fuera un aroma dulzón... Saludos.No es mi tema favorito, epro admito que está bien escrito y que arriesgas. SaludosMuchas gracias por los comentarios, tomo nota y los valoro a todos. Un abrazo.Hombre, desde luego el relato no es apto para estómagos flojos y ciertamente puede herir sensibilidades. La necrofilia es, sin duda, una de las más extrañas y repugnantes perversiones sexuales. Tú has sabido darle un toque de originalidad, otra vuelta de tuerca al infernal mundo de la más demencial de las locuras. Saludos.Me ha sorprendido el final. Buen relato. SaludosMuchas gracias Duncan, un abrazo.No entiendo lo de las críticas a tu relato ¿es que los temas de los relatos se eligen según la fecha? ni caso, buena línea y mejor remate, un saludo.
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Deseo aclarar que ya he recibido críticas por el tema del relato, y soy consciente de que podría no parecer "adecuado" esta historia al comenzar el año, pero en fin, son cosas de las "musas" y el inconsciente que alberga todo tipo de sombras espeluznantes, por lo menos el mío... En fin, no me gusta dar explicaciones sobre lo que escribo, de modo que lo dejo así. Un abrazo a todos y ¡feliz inicio de año!
El desafío era escribir un diálogo; puro y simple diálogo. Me senté ante la luna llena, y escuché esta conversación.
Las promesas siempre han sido un tema delicado para mí. En mi opinión, poseen un inmenso poder para amarrar con fuertes lazos tanto a quien promete algo, como a quien espera el cumplimiento de lo prometido. Una aclaración: en un principio había puesto este relato en "fantasía" porque no terminaba de verlo para "terror" -es previsible, y para mí el terror tiene que tener imprevisibilidad-; sin embargo como tenía dudas, ante la buena sugerencia de uno de los lectores, he cambiado la categoría. ¡Gracias, Sergio!
Este relato está inspirado en un incidente que viví cuando era niña, en un zoológico, con un "depredador". Después de haberlo escrito, me dí cuenta de la semejanza y que había hecho "catarsis" una vez más de mis malos recuerdos, gracias a la escritura. (La historia real tuvo final feliz: mi "ángel de la guarda" me hizo escapar, y estoy viva para contarlo...)
En realidad esto no es un relato de ficción. Escribo aquí lo que ocurrió el mes pasado durante tres días y dos noches. Fue real. Tiene que ver conmigo (una neófita en materia de aves) y con una golondrinita que no lo era tanto... Bueno, mejor los dejo para que lean la historia completa:
Escribí esta historia inspirada en una visión que tuve cuando iba en autobús: el rostro de una mujer, de repente, se transformó en una calavera.


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Disfruto leyendo y escribiendo historias. Me gustan los gatos y el mar. He publicado en Amazon tres novelas de suspense romántico, un libro de relatos, y varios cuentos infantiles.