


La Trampa
Fantasía |
10.03.08
Sinopsis
Sariem cerró los ojos cansado. Iba deprisa por aquellos pasillos, cogía las armas y las repartía entre los soldados con gestos de desanimo. Estaban todos muy cansados, llevaban días sin dormir...El estado de vigilia debía ser total. Si no fuese así, nadie sabría lo que podría pasar.
Michel le seguía detrás. Considerado uno de los miembros de la Unidad Alfa más bromista, se tomaba aquello como si todo fuese parte de un juego de mesa, de un tablero de ajedrez, en el cual si no tenias un poco sentido del humor acababas loco. Por eso mismo, siempre que veía a Sariem, intentaba cambiar su frigidez y su dureza por algo como él, pero lo único que conseguía era una mirada intimidadora o un buen puñetazo en su cara.
- Escucha Sariem tio. No podemos estar esperando aquí como idiotas a que vengan esos capullos...¡Debemos atacar! Esa es la táctica por la que estamos entrenados, no para recluirnos como ratas asustadas en esta cloaca.
Sariem seguía sin hacer caso a las palabras de Michel. Iba de un lado para otro, hablando con los pelotones y los cabos y tenientes.El enorme General,a grandes zancadas, caminó hasta una puerta de metal oscura llena de engranajes oxidados. Puso su mano venosa encima de un panel y este emitió un pitido seco, seguido de una luz blanquinosa que le inspeccionó de arriba abajo. Entraron en la sala de armas menores y se metieron a toda prisa. Michel casi tropezó.
- Eh Eh tio... ¿a que viene ese silencio? ¿Me estás escuchando? Debemos atacar y no dejar que nos ataquen -insistió dando un golpe seco con el puño en la palma de su mano.
La Roca pareció reaccionar. Miró a Michel con esa mirada impenetrable y se pasó la mano por la frente sudorosa.
- Pues entonces nos llevaremos a Zoe.
Michel parecia no dar crédito a las palabras de su General y comezó a reir a carcajadas sonoras. Los soldados de su alrededor se giraron hacia ellos intrigados.
- Jajajaja..Porfavor...Qué gracioso eres. No me hagas reir ni llorar idiota. ¿Cómo nos vamos a poder llevar a ese renacuajo a luchar contra los Strogg? ¿Es que te has vuelto loco? - su voz iba aumentando de volumen - Lo que queremos son soldados posthumanos que estén dotados física y psicologicamente para la batalla...¡No una maldita cría de 15 años que ni se entera de porque la metiste en la Unidad!
- Tiene 19 años - le corrigió Sariem, al cual se le empezaba a acabar la paciencia
El bromista aún parecía estar más sorprendido
- Joder...Pues la verdad es que aparentarlos no los aparenta. ¿Cuánto porcentaje de stroggoficación tiene en su cuerpo? Apuesto a que menos de un 20 %... y ni un 10 % . Porfavor Sariem, te has vuelto más gilipollas de lo que me pensaba...Esa niñata arrogante no va a sobrevivir ni a..
No pudo acabar la frase. Sin darse cuenta,su respiración estaba cortada por la mano gruesa de Sariem en su cuello, apretando con fuerza cada una de sus venas. Le miró muy asustado e intentaba soltarse de aquella garra. Pataleó de una forma patética, sin que los pies pudiesen tocar el suelo. Empezaba a verlo todo borroso y miró a Sariem de una forma suplicante.
- Escuchame bien idiota. Aquí yo soy el Jefe y aquí se obedecen mis ordenes. Tócame de nuevo las narices y vuelve a decir alguna cosa sobre ella y desearas no haber nacido.
Acto seguido, su mano se aflojó y Michel cayó al suelo entre una fuerte ataque de tos.
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De mientras, en la superficie, Zoe estaba en estado de vigia. Había montado su sniper en aquel cub
Michel le seguía detrás. Considerado uno de los miembros de la Unidad Alfa más bromista, se tomaba aquello como si todo fuese parte de un juego de mesa, de un tablero de ajedrez, en el cual si no tenias un poco sentido del humor acababas loco. Por eso mismo, siempre que veía a Sariem, intentaba cambiar su frigidez y su dureza por algo como él, pero lo único que conseguía era una mirada intimidadora o un buen puñetazo en su cara.
- Escucha Sariem tio. No podemos estar esperando aquí como idiotas a que vengan esos capullos...¡Debemos atacar! Esa es la táctica por la que estamos entrenados, no para recluirnos como ratas asustadas en esta cloaca.
Sariem seguía sin hacer caso a las palabras de Michel. Iba de un lado para otro, hablando con los pelotones y los cabos y tenientes.El enorme General,a grandes zancadas, caminó hasta una puerta de metal oscura llena de engranajes oxidados. Puso su mano venosa encima de un panel y este emitió un pitido seco, seguido de una luz blanquinosa que le inspeccionó de arriba abajo. Entraron en la sala de armas menores y se metieron a toda prisa. Michel casi tropezó.
- Eh Eh tio... ¿a que viene ese silencio? ¿Me estás escuchando? Debemos atacar y no dejar que nos ataquen -insistió dando un golpe seco con el puño en la palma de su mano.
La Roca pareció reaccionar. Miró a Michel con esa mirada impenetrable y se pasó la mano por la frente sudorosa.
- Pues entonces nos llevaremos a Zoe.
Michel parecia no dar crédito a las palabras de su General y comezó a reir a carcajadas sonoras. Los soldados de su alrededor se giraron hacia ellos intrigados.
- Jajajaja..Porfavor...Qué gracioso eres. No me hagas reir ni llorar idiota. ¿Cómo nos vamos a poder llevar a ese renacuajo a luchar contra los Strogg? ¿Es que te has vuelto loco? - su voz iba aumentando de volumen - Lo que queremos son soldados posthumanos que estén dotados física y psicologicamente para la batalla...¡No una maldita cría de 15 años que ni se entera de porque la metiste en la Unidad!
- Tiene 19 años - le corrigió Sariem, al cual se le empezaba a acabar la paciencia
El bromista aún parecía estar más sorprendido
- Joder...Pues la verdad es que aparentarlos no los aparenta. ¿Cuánto porcentaje de stroggoficación tiene en su cuerpo? Apuesto a que menos de un 20 %... y ni un 10 % . Porfavor Sariem, te has vuelto más gilipollas de lo que me pensaba...Esa niñata arrogante no va a sobrevivir ni a..
No pudo acabar la frase. Sin darse cuenta,su respiración estaba cortada por la mano gruesa de Sariem en su cuello, apretando con fuerza cada una de sus venas. Le miró muy asustado e intentaba soltarse de aquella garra. Pataleó de una forma patética, sin que los pies pudiesen tocar el suelo. Empezaba a verlo todo borroso y miró a Sariem de una forma suplicante.
- Escuchame bien idiota. Aquí yo soy el Jefe y aquí se obedecen mis ordenes. Tócame de nuevo las narices y vuelve a decir alguna cosa sobre ella y desearas no haber nacido.
Acto seguido, su mano se aflojó y Michel cayó al suelo entre una fuerte ataque de tos.
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De mientras, en la superficie, Zoe estaba en estado de vigia. Había montado su sniper en aquel cub
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No conozco el juego que menciona el Reverendo, pero estoy de acuerdo con su sugerencia. Tu relato no esta mal, pero le falta un poco de solidez. Pero animo. Date una vuelta por la pagina y veras que hay unos cuantos buenos autores; de ellos siempre se puede aprender algo. Un saludoEstá bien escrito,pero has basado tu historia casi por completo en el video-juego QUAKE IV (stroggcificación,mmm). Deberías buscar tus propias fuentes de inspiración.


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