


LA VIUDA NEGRA (fragmento)
Suspense |
27.09.07
Sinopsis
LA VIUDA NEGRA
La verdad, era una mañana extraña. Mi compañero desde hace seis años en la Unidad de Criminología, había decidido jubilarse. Después de tanto tiempo, no me había parado a pensar que tendría otro compañero. Entre todos le estábamos preparando una cena de despedida. Lo más difífil era intentar que él no se enterara. Era un detective con un gran instinto, pero con poco gusto por las fiestas, y hacer que fuera a una era un reto.
Al principio de crearse mi unidad, todos eran muy reticentes. Nadie quería ser la niñera de un mirón. Así era como nos denominaban a los investigadores que no éramos polícias. Era una pequeña tensión que con el paso del tiempo se fue disolviendo. Cuando se creó la unidad, él era uno de los polícias de mayor prestigio. Caso que él cogía entre sus manos, caso que se resolvía. Nunca le importó el tiempo que debiera emplear para resolverlos, lo único que le importaba era ser concienzudo para hacerlo.Pero, como todos, también era humano. Diego, que es como se llama, era muy minucioso con lo que hacía. No le gustó para nada que le pusieran como compañero a un mirón; y menos a uno al cual le sacaba más de veinte años. La ciencia para él era algo extraño, él sólo creía en lo que podía ver. Cuando yo comencé a trabajar con Diego, me pareció un gran desafío. Tenía que medir constantemente mis palabras. No podía mencionar cosas relacionadas con ciencia, y menos hablar de estudios o estadísticas. Me resultaba bastante complicado. Poco a poco, se fue aconstrumbrando a mí. El primer día que se presentó en mi despacho, con un chocolate caliente en una mano y en la otra un nuevo caso. Invitándome, de esa manera, a participar desde un principio, supe que ya no existían diferencias entre nosotros.
Después de resolver nuestro primer caso, todo cambió radicalmente. Desde entonces, tenía más libertad para hablar, mencionar estudios científicos, estadísticas... La verdad, fue un gran paso. Diego intentó amoldarse a mí, a mis pensamientos, me consultaba cualquier mínimo detalle. Fue algo increíble. De no querer saber ni mi nombre, a cada paso que daba consultarme cualquier detalle. Juntos, aunque no esté bien decirlo yo, éramos el mejor equipo de toda la unidad.
Habíamos resuelto numerosos casos, ya casi no recuerdo ni la cifra, pero lo que siempre me dijo fue que no me olvidara de los que no habíamos podido cerrar. Y, como una buena aprendiz, repasaba todas las notas de todos los casos, cuando encontraba alguna coincidencía. Comparaba cualquier indicio que se asemejara a los casos anteriores, en cada caso actual.
El día en el que Diego decidió jubilarse, llegó a mi despacho en el Instituto Lombroso de Criminología, con algo realmente extraño. Me parecía algo normal verlo por allí, siempre estaba, era como si hubiera transladado su despacho de la comisaría al mío. Pero lo que no era normal, era el carro plagado de cajas que venía con él. Entró sin llamar, era como su despacho, la verdad. Se sentó frente de mí, aparcó el carro a su lado. Me miró seriamente. Siempre sonreía, aunque fueran casos graves y escabrosos. Siempre ten
Valora
y comenta
y comenta
Valora este relato:
-
uy, uy, uy... que bien pinta.de momento suena interesanteQueridos lectores esto es solo un fragmento de una larga historia que tendreis el gusto de leer, seguir e intentar resolver.Bravo, bravo y bravo, me ha encantado y espero con ansiedad la segunda partePinta bien. Puede ser interesante si sigues :)
Tienda
Vampiros, licántropos y otras esencias misteriosas
€2.99 EUR
En tardes de café
€2.99 EUR
Sin respiración
€3.95 EUR
La otra cara de la supervivencia
€2.99 EUR
La Vida Misma
€4.95 EUR
Cuatro minutos
€2.99 EUR
Chupito de orujo
€2.99 EUR
El secreto de las letras
€2.99 EUR
De frikimonstruos y cuentoschinos
€2.99 EUR
Cien años de sobriedad
€2.99 EUR
Grandes Relatos en Español
€4.95 EUR
Creación Colectiva
Hay 17 historias abiertas
Relatos construidos entre varios autores. ¡Continúa tú con el relato colectivo!
17.09.20
11.09.20
10.03.20
04.03.20
15.08.19
Reseñas