


Una historia cien por ciento verídica y muy impresionante.
En la época actual, cuando oímos mencionar a las Hilton, al instante pensamos en Nikki y Paris, las célebres y frívolas herederas del emporio hotelero homónimo. Empero, mucho antes de que ese par llegara al mundo, había otras mujeres con el mismo apellido que gozaron de fama, fortuna, reconocimiento y, sí, también desgracias. Ellas eran Violet y Daisy Hilton, que saltarían al ojo público a principios y mediados del siglo pasado, y cuya historia es tan interesante como triste.
Violet y Daisy nacieron en Gran Bretaña en 1908. Eran hijas de una empleada doméstica que, embarazada del hijo de los patrones, y viendo que el producto de esa unión fueron dos niñas siamesas, prefirió darlas en adopción a Mary Hilton, la comadrona que asistió en su parto. Esa mujer sería quien, además de darles nombre y apellido a las pequeñas, comenzó a exhibirlas en pubs y circos para sacar ingresos adicionales. Cuando la partera falleció, y cuál si fueran un mueble más, las muchachas pasaron a ser "propiedad" de la hija de ésta; y el marido de su nueva dueña, viéndoles potencial artístico y, sobre todo, monetario, organizó una gira por Estados Unidos para darlas a conocer. Fue en el nuevo continente donde las chicas Hilton decidieron librarse de una buena vez de sus "representantes", e iniciaron un juicio de emancipación; cosa que causó enorme furor y que aumentó todavía más la fama que ya comenzaban a poseer. Al final, el juez falló en su favor, y a partir de entonces ellas llevarían las riendas de su vida y sus carreras. Sus rostros fueron la imagen de varios productos de renombre, abrieron un restaurante e incluso participaron en un destacado papel dentro de la película Freaks, lo cuál les generó recursos nada despreciables.
A pesar de estar unidas por el área pélvica y ser físicamente idénticas, ambas demostraron que no por ello eran semejantes en los todos aspectos. Una de sus diferencias más marcadas se puso en evidencia cuando, durante la campaña electoral de 1960, las Hilton aparecieron apoyando una al candidato republicano Richard Nixon; y la otra a su rival demócrata John F. Kennedy. Además, existió durante mucho tiempo el rumor de que entre ellas existía una marcada rivalidad. No obstante, algo en lo que las dos coincidieron fue en su mala suerte en cuestiones del corazón: las relaciones que llegaron a sostener con diversos hombres a lo largo de sus vidas finalizaron en rompimientos abruptos y anulaciones matrimoniales. También compartieron su triste final: arruinadas financieramente y ya olvidadas por el público, fueron encontradas muertas en una casa casi en ruinas a mediados de los años sesentas. La autopsia determinó problemas cardiacos como causa del fallecimiento.
A poco más de un siglo de su nacimiento, y a pesar de que permanecieron en el olvido por un largo tiempo, la historia de estas hermanas Hilton ha resurgido poco a poco en estas fechas, no únicamente por lo insólito y fascinante que aún nos resultan los siameses; sino porque su sola existencia fue por demás compleja e interesante... quizás igual o más que esas güeritas Hilton que vemos a cada rato en los tabloides y revistas de sociales.
y comenta
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Curiosa historia, no la conocia. Gracias por compartirla. Saludos
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Este relato lo escribí para un concurso que se hizo hace poco, y ahora se los comparto. Espero sea de su agrado.
Puede que algunos NO estén de acuerdo conmigo, y puede que algunos sí. Como sea, los comentarios son siempre bienvenidos, siempre y cuando no sean mentadas de madre disfrazadas. Firmen como quieran este manifiesto, y les deseo lo mejor.
Un improvisado pero sincero homenaje a la gran vocalista de The Cranberries, fallecida ayer.
Nada mejor para comenzar el año que con este reflexión que me surgió durante un momento de ocio. Puede que a algunos no les agrade, pero se las comparto para que conozcan un poco mi manera de pensar.
En este mes de miedo, les traigo este espeluznante relato, el cuál está inspirado en una historia cien por ciento real, lo que lo vuelve más aterrador. Como siempre, sus comentarios son importantes.


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Apasionada de la literatura desde temprana edad, he comenzado a escribir desde los catorce años, primero por diversión simple, y ahora por una gran pasión y dedicación. Siempre espero innovar y transmitir mis sentimientos a través de las letras.