


Hace cinco años Esteban tenía una vida divertida y despreocupada. Pero un día se torció cuando sus mejores amigos por diversos problemas que hubo en el grupo decidieron hacer sus vidas cada uno en una punta de España. Dispuesto a recuperar el amor de la chica que conoció y a unir a sus mejores amigos no lo tiene todo tan claro. Un grupo de cinco amigos ven la vida desde cinco edades distintas y todos perdieron algo, aunque solo fuesen a ellos mismos y su amistad entre el grupo.
''No todo está perdido’ pensaba Esteban mientras se fumaba su canuto de los sábados por la tarde en un sofá de dos plazas en su casa de Mota del Cuervo. Tocaba la guitarra y escribía en una habitación que le pertenecía. Esteban, que era un artista de rock nato, poseía dos guitarras, una Cortz Zenox granate y una guitarra española color azul que le gustaba llevar siempre que se iba de romería a Los Molinos, su lugar preferido en el mundo. La habitación estaba bien equipada, pues además de las dos guitarras tenía un piano de cola y una batería con los detalles en plata y las cajas de color negro, era simple pero, eso era lo que caracterizaba a Estedan, que se conformaba con poco. Esteban no era un porreta empedernido como Courtney Love o Kurt Cobain, simplemente fumaba los sábados y lo hacía por capricho, para escapar de aquello que llamaba ''Alma rota''. Vivía en medio cortijo castellano y cuando se cansaba de estar encerrado en la habitación de donde su alma no salía, bajaba la escalera y se encerraba en la cocinilla donde su padre salaba los jamones. Era hijo de una pareja de ATS y el menor de tres hermanos, tenía un perro y una gata que siempre estaba preñada. A pesar de ser el menor y un buen estudiante, mejor que sus dos hermanos, sus padres siempre le permitían menos que nada, a la edad de dieciocho años su hora de llegada a casa por las noches eran las doce. A pesar de que Esteban estuviese enfadado con el amor, la familia, un poco consigo mismo y la amistad siempre conseguía sacar el lado positivo de las cosas si no estaba solo. A Esteban le partieron el corazón dos veces y con eso le bastó para romper mil. Le encantaba el sexo despreocupado hasta que conoció a Sara, que era la mejor amiga de sus mejores amigos Carlos y Emma, el problema que Sara tenía es que por aquel entonces buscaba el amor verdadero y Esteban sólo diversión. Una vez tocando la guitarra, Sara entró en la habitación y empezó a cantar la canción que él tocaba, él aún recordaba su voz después de cinco años sin verla. La vereda de la puerta de atrás no es una canción que pueda ser cantada por cualquiera, sólo en boca de ella esa canción era gloria. El ídolo de Esteban era Roberto Iniesta, ex drogadicto y líder de la banda más popular del rock de los 80 y los 90, Extremoduro. Esteban no sabía por qué pero le encantaba que Sara escuchase sus andanzas sexuales con sus ex novias o con sus amigas de turno como él las llamaba, pero un día Sara cansada de todo aquel percal, decidió olvidar su amor por Esteban para centrarse en lo que quería estudiar, pero no lo conseguía, en vez de eso se centró en conseguir su libertad y así lo hizo cuando conoció a Daniel, el primo de Esteban, quien le aconsejaba que la paciencia llevaba al olvido, luego a la libertad y por último a la felicidad, de hecho se pasaba el día diciendo: ‘’No esperes nada de nadie’’. Volviendo al tema, Esteban estaba ciego y sordo antes los consejos que Emma le prestaba, ésta estaba harta de decirle que perdería a Sara para siempre si no conseguía decir las palabras mágicas. A él Sara le gustaba, pero si no había logrado decirlas el primer y único día que la besó tampoco lo iba a conseguir ahora, pasaba de que su corazón se volviese a resquebrajar otra vez, además tampoco le quería hacer daño a ella y destruir la relación de amistad que habían tejido entre melodías.
Cinco años después de todo aquello, Esteban vivía en un piso de artista soltero en el centro de Cuenca. Había contemplado, varias veces, la posibilidad de irse a vivir a Valencia con su primo Dabiel que también estaba soltero pero después le venían a la cabeza las virtudes que su primo tenía y le gruñían las tripas, pues Daniel era deportista, para nada desarreglado y bastante ordenado, eso ponía a Esteban nervioso. Otro inconveniente que existía en que no le gustaba Valencia, pensaba que eran todos unos pijos malagradecidos. Esteban había aprendido italiano y a pesar de haber repetido segundo de bachillerato por una profesora que lo quería mal, era profesor de literatura española. Le encantaba Bécquer. Escribía por placer y tenía un grupo de rock que tocaba cada año en festivales multiculturales.
Estaba deseoso de volver a encontrarse con ella pero había perdido la esperanza y de repente, un martes que entraba al instituto donde trabajaba se encontró con un cartel que anunciaba una exposición de pintura en la casa de cultura de Toledo el sábado por la noche, impresionado por el cuadro que ilustraba el cartel, atisbó en letra pequeña el nombre del pintor, o mejor dicho pintora.
y comenta
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Yo tambien lo pensaba pero se ve que no. Solo me quedan 5 créditos y no puedo escribir la continuación de este relato. Siento tener que decir que si no consigo créditos no volveré a publicar y es una lástima porque luego explico que ha pasado hasta llegar donde están.vaya, por un error del programa, sólo han quedado 2 estrellas, quería poner 4 Es un texto muy bien escrito, los personajes se tienen en pie por sus propios medios... Parece un fragmento de una narración mucho más larga. ¿Empezó aquí? Por lo demás, y aunque soy muy nuevo aquí, pensaba que si tu valoras o comentas otros relatos, también te dan créditos.
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Lo más visceral de mi siente todo por tí pero tu quieres cortarme las alas que nos hace libre a los dos.
Vuelvo a las andadas tras un tiempo de parón, por la falta de ilusión y sin animo para continuar escribiendo Los perdedores aunque prometo a quien la lea que la acabaré, con este pedacito de reflexión sobre la educación de los futuros adultos. Es un placer estar de nuevo entre vosotros mi queridos escritores anónimos.
Todos revelamos la verdad y reconocemos nuestros errores alguna vez. Cree que esta es su oportunidad para zanjar su parte del asunto, pero no está tan seguro. La sinceridad es fuerte y duele ahora falta saber si protegerá la verdad con todas sus fuerzas de todos los demás o la dejará escapara como una exhalación para que todo el mundo lo sepa.
Poesía de tema político, con algo de rima. Rinde honor a los adolescentes indecisos que necesitan ayuda para aclararse en su primera votación.


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Soy estudiante. Me gusta viajar, los idiomas y la música rock. Escribiendo estos relatos mi intención es desahogarme y mejorar mi técnica de escritura.
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