


Perdona por la falta de valor para no decirte esto cuando debí. Pero ya te dije que solo tu pudiste sacarme eso que me destruye y que me hace tan nostálgico, feliz, catastrófico, simplemente humano. Esto es para ti, Patri R.R.
Dime por qué, cuál es la razón por la que en las noches de arrepentimiento, todas las ideas lleven a tu cuerpo.
Cuéntame que luz encierran tus ojos, si en el ocaso de mis ideales solo se mantiene tú dicha.
Confírmame que llevas la alianza de que me serás infiel, que convertirás mi vida en un martirio solo por amor al arte y que sangrarás mis costillas porque te necesito, te deseo y no te puedo tener.
Prométeme un beso que nunca se cumplirá.
Prométeme unos hijos que lloraran mi desgracia.
Júrame que serás la piedad entre mis cenizas y que vestirás lágrimas porque nunca me creíste capaz y aquí entre tus brazos mi luz se marcha.
Yo te prometo lujuria, rabia sin cauces conocidos ni presas que puedan aguantarlos.
Envidia en forma de arañazos, codicia en abrazos sin cronómetro, gula de tus labios.
Arrogancia a la hora de describirte.
Avaricia al robarte caricias y pereza para que no te vayas de nuestra cama.
Pero las promesas vuelan y se estrellan, se funden como nuestros cuerpos y no hay verdad en ellas, no.
Solo la sorpresa, solo la acometida de tu risa en mi pecho y deseos, caricias incompletas.
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excelente!
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Metafora, a libre interpretación del lector, un gladiador, antaño el gran campeón, cientos de batallas libradas, amaba el tacto de la espada,el olor de la arena le despertaba, el sabor de la sangre era su droga y su éxtasis el rugir del público, se ve vacío, pierde esta emoción al espectáculo ya que ansía una verdadera batalla.
Una nueva víctima, una muesca en la culata y otra mentira de un oscuro protagonista mujeriego, una visión oscura de Juan Tenorio a la vez que reflexiva.