Sombrío, grisáceo y sin una pizca de luz

lucía el cielo de aquella tarde sin sentido

donde el sentir de la añoranza se respira

alrededor del tenso ambiente... 

Perdía el límte y las horas. 

En segundos moría, la pequeña esperanza

vacía ahora de un futuro. 

Ilusa anduve, por esas callejuelas 

sin salida a mi solución... 

Pensando en qué habría,

cuándo llegaría, cómo sería... 

Reflexioné atentamente sobre mis posibilidades,

me di otras explicaciones. exploré otras circunstancias, 

y también sus correspondientes consecuencias. 

Sabiendo el lamentar que atormentaría

un largo tiempo a mi cabeza, 

siendo consciente de todo a lo que renunciaba.

Vencí y lo perdí.

Decidí no seguir con ello.