


Ver crecer a los hijos es triste y alegre a la vez.
A veces cuando la miro pienso entristecida que un día crecerá y sus pequeñas manitas ya no serán tan pequeñas y no me acariciarán la cara mientras me dice con su pequeña voz:
-Mami, te quiero de aquí a la Luna y vuelvo corriendo.
Otras veces, cuando la miro trato de imaginar orgullosa en que mujer se convertirá, tengo prisa por conocerla por hablar con ella.
Pero todas la veces que la miro me invade un sentimiento de amor tan sincero e intenso que me siento la mujer mas feliz del mundo y sé que ella me hacer mejor.
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Alguien dijo una vez: "Antes de tener hijos no sabía que se podía vivir con el corazón por fuera" Creo que tienes mucha razón, es una mezcla tan intensa de sentimientos tan dispares, que tu vida nunca puede volver a ser igual Un saludo