


Andar, andar sin tener claro donde llegar o qué buscar es correr el riesgo de caminar sin rumbo cierto pero, ceder al corazón la dirección de tus pasos, quizás es terminar en un lugar muy distinto al que hubiésemos querido y a veces incluso, sin posibilidad de regreso.
Un día decidiste ser libre y andar, andar los caminos sin detener tu marcha. Fijaste la mirada en el horizonte y hacia allá te dirigiste. Venciste todos los obstáculos que se impusieron para quebrar tu fortaleza. No hubo barrera que interrumpiera tu caminar, porque la razón era la brújula que te guiaba.
Pero llegó el día cuando el tiempo se detuvo y perdiste la razón que te guiaba, porque cediste al corazón el control sin saber donde te llevaba. No encontraste un lugar seguro donde acampar y todos tus sueños se derrumbaron. Ese día, tu vida cambió, quedaste varado en el dolor y sin un rumbo cierto a donde dirigir tus pasos.
Después de la tormenta llegó la calma y decidiste buscar nuevas oportunidades en la vida. Anduviste muchos caminos, soñaste, pero despertaste con la misma realidad. El tiempo y la distancia no te ayudaron a encontrar el camino, no lograron mitigar tus penas ni hacer realidad tus sueños. Han pasado muchos días, meses y años desde aquel entonces y aún continúas con los mismos problemas, ¿Por qué? porque el problema eres tú. No busques afuera las causas de tus males, son tus propios conflictos interiores los que empañan el cristal con que miras al mundo y los que impiden encontrar un rumbo para alcanzar tus metas. Es la fata de control de tus pensamientos sobre tus emociones los que, te llevan a caminar sin rumbo ni encontrar una ruta o lugar seguro donde llegar. Son tus decisiones improvisadas y sin objetivos claros los que, te impulsan a repetir hechos y situaciones que, al final terminan en fracasos y mayores confusiones.
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Gustavo, cuando no se tiene un objetivo claro en la vida corres el riesgo de caminar sin rumbo cierto y terminar en un lugar muy distinto al que hubiésemos querido y a veces incluso, sin posibilidad de regreso.Me gusto , al principio me hizo recordar a Forrest Gump, lindo escrito, sin metas seguramente nos pasaria lo que a tu personaje, saludos.e gusto , al principio me hizo recordar a Forrest Gump, lindo escrito, sin metas seguramente nos pasaria lo que a tu personaje, saludos.Saludos Dr. Ramón, palabras que concluyen en una reflexión muy asertiva. Todo tiene su punto de vista, Franz Kafka:" El camino verdadero pasa por una cuerda que no está extendida en alto, sino sobre el suelo. Parece preparado más para hace tropiezo, que para seguir el rumbo". Yo sigo en el carrusel...
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La vida es lo único que te pertenece, lo demás son vínculos afectivos que llenan tus espacios vacíos.
Andar, andar sin tener claro donde llegar o qué buscar es correr el riesgo de caminar sin rumbo cierto pero, ceder al corazón la dirección de tus pasos, quizás es terminar en un lugar muy distinto al que hubiésemos querido y a veces incluso, sin posibilidad de regreso.
La vivencia de un acontecimiento vital estresante puede provocar alteraciones emocionales de tal magnitud, que dejen como secuelas trastornos psíquicos y orgánicos.
El miedo a la soledad se convierte en tu peor enemigo, porque domina los pensamientos, agobia con sus mentiras y falsos presentimientos.
No hay enfermedad, sino enfermo, porque cada quien sufre o padece la enfermedad en forma diferente, según sea la razón o actitud que asume ante la vida.
La muerte de un ser querido representa un acontecimiento vital estresante, la no adaptación al hecho repercute en forma negativa en la persona pudiendo ocasionar trastornos psíquicos u orgánicos.
Cuando persigues objetivos en la vida y se presentan acontecimientos, que interfieren con tus propósitos puede originar cambios emocionales.
Los acontecimientos vitales estresantes son sucesos relevantes en la vida de las personas que lo perciben como un hecho negativo o no deseable. La vivencia de un acontecimiento vital produce cambios a lo largo de la vida de los seres humanos. La inadaptación ante estos acontecimientos ocasiona cambios en la salud de las personas con aparición de enfermedades o empeoramiento de las ya existentes. Ningún ser humano está exento de vivir un acontecimiento vital estresante y de padecer las secuelas que este le genera.
La ausencia de los hijos crea un vacío en el hogar, un tiempo difícil de ocupar. Un triste silencio baña el ambiente familiar. Cuando los hijos se van y el hogar queda vacío, una profunda herida se abre en el corazón de los padres.


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Escribir, es dejar una huella de existencia en el tiempo, Es abrir una ventana al mundo para comunicar pensamientos y sentimientos. Cuando escribo soy yo, como un libro abierto, donde cada palabra escrita expresa mi manera personal de entender e interpretar la vida.