


la vida salvada por una idea estúpida
Tras otra noche anodina, de vuelta a casa se me ocurrió que podríamos tumbarnos en medio de la autovía central, y así lo hicimos, cogiéndonos de la mano. Fue un tiempo que el reloj de mi pulsera determinó como breve, pero que a ella y a mí nos supuso la concentración de toda la noche, y del día, y de la semana, y puede que de toda la vida en ese instante. Un par de coches, nos esquivaron. El segundo se paró a pocos metros, tras un pitido y un frenazo que dejó marcas en el betún. Nos levantamos y echamos a correr en dirección contraria a los coches, por el arcén. Las voces e improperios del conductor del coche se perdían en la lejanía. Al llegar a casa lo hicimos bestialmente, agarrándonos de ambas manos, como si esos fueran a ser los últimos polvos de nuestras vidas. "Menos mal que se me ocurrió lo de tumbarnos en la carretera." pensé al dormirme sobre el suelo de la cocina.
y comenta
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no tiene desperdicio me super gustóMe ha parecido breve pero intenso, jejejeHombre, la historia no está mal. Pero sólo así, sin más, no es muy buen ejemplo cuando tanta gente se mata por las imprudencias de otros...Muy bueno. Lo de tumbarnos en la carretera me ha recordado a una película que no sé si tengo el valor de admitir que vi -casi todos hemos pasado por el Diario de Noa -lo dije- por las mil razones en las que uno se sacrifica por un bien superior. "Bestialmente" me ha desentonado, pero para qué buscar otra palabra si es exactamente la que tiene el significado que se busca. ¿Más trascendental? Creo que bú siempre lo ha sido, quizá en su origen no tanto -desconozco cuan larga ha sido la ausencia de Gatopardo. -ausencia porque me suena que lleva un tiempo sin estar en tusrelatos. Buen relato.Siempr econ el tono grotesco y sórdido... me gusta mucho. Eso sí, noto qu eyte has vuelto trascendental desde que te conozco... tal vez sean los libros qu eno habías leído...