


Reflexión sobre la vida y la muerte. Pero, más áun, sobre lo pasajero que es todo eso.
Hoy, cuando se celebra el 115º aniversario del nacimiento de Federico García Lorca, se me ocurrió una imagen con la que definir su trágico final: la escarcha ensangrentada que se derrite en la tierra, haciéndose mar y montaña. Y es que no veo mejor metáfora que lo difuso, como el suave viento, el espíritu errante o la sabia líquida, para quien se erigió como un poeta que fue en verdad del pueblo, que reflejó como pocos la pasión por la belleza y cuyos versos ya serán hasta el final de los días compás de vida eterna, banda sonora de juegos de enamorados y tumbas abiertas de los masacrados por los hipócritas.
Algo de esto veo en mi andar, sin ser poeta; casi ni siquiera persona a carta cabal. Al fin y al cabo, todos, salvo los gigantes hercúleos, somos caminar errante, un suspiro. Todos nos arrastramos, encaminados a desaparecer sin más. Todos moriremos, mas solo algunos elegidos serán los recordados, los que se levanten sobre el pedestal de las estatuas. Para ellos, aunque muertos como los demás, será la gloria, el agradecimiento vivo de quienes sueñan con ser sus seguidores, sus discípulos de la ilusión. Falsa ilusión, claro.
Los no colosos, el común de los débiles entes que vagamos por este mundo, el vulgo ancho y llano, moriremos y no dejaremos nada. Aunque nadie nos quitará el derecho de sobrevivir hasta que se extinga nuestra generación y nuestro pequeño corral. Quienes nos rodearon, si actuamos con decencia con ellos, al menos nos guardarán en la memoria hasta ser ellos mismos un tablón de madera sobre el que cae la tierra que riega los cipreses. En los queridos semejantes está nuestro mañana, aunque no nuestro pasado mañana. Eso ya será tarea, como mucho, de quienes dejen hijos. Entonces sí, sobreviviremos una generación más. Y esa prórroga, a la que un día llamamos vida, será nuestro único consuelo.
Porque el nacer, vivir y morir pasa rápido. Apenas un suspiro.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA
http://blogs.periodistadigital.com/lahoradelaverdad.php/2013/06/05/un-suspiro-al-que-llamamos-vida
y comenta
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¡Hola! Vaya, me ha gustado mucho tu reflexión, y me encuentro totalmente de acuerdo contigo. ¡Para mí te mereces ese 5! Un saludo.
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Todo día es bueno para homenajear al más grande de todos los poetas: el loco Don Quijote, custodio de la fraterna utopía.
Con los héroes de Charlie Hebdo. Aunque no compartiera muchos de sus postulados ni la forma de expresarlos, ¡siempre con la libertad de expresión!
Como cada año, mi homenaje a las ánimas de rostro global...
Evidentemente, no manejo eso de juntar versos. Pero, desde el cariño, vaya desde aquí mi homenaje por Don Alfredo.
Hay quien no le gusta que aquí el deporte sea un tema de inspiración... Pero yo insisto, pues además va en clave de humor. O eso pretendo.
Unos días después, pero aquí llega mi particular homenaje a Gabriel García Márquez. Una parte de este relato es muy real, ¿eh?
Mi homenaje al maestro Paco de Lucía, que hoy nos ha dejado muy huérfanos.
Aquí, tratando de pegar un bocado a la dura corteza que cubre este mundo nuestro para vislumbrar qué hay realmente dentro... Advierto: es una impresión muy personal.


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Conquense y madrileño, licenciado en Historia y Periodismo, ejerzo este último. Libertario y comunitarista, voto al @Partido_Decente. Mi pasión es escribir.
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