


A veces debes aprender a decir adiós...
No tuve inspiración para este primer párrafo –ni para el último-. Ya te había hecho letras, las que leerás a continuación.
Me cautiva esa poesía que hay en tu corazón.
Me cautiva ese romanticismo. Ese que se ve poco hoy en día. Pero que en ti parece hermoso, sublime, diferente, y único.
Me cautiva esa actitud positiva que asumes ante la vida. Ese querer sonreír siempre a pesar de todo.
Me cautiva esa actitud teniendo tanto. Me cautivan tus talentos conocidos. Me cautivan tus respuestas inteligentes.
Cautivan esos ojos, esa mirada. Cautiva esa voz. Cautivas como un amanecer, como un atardecer. Cautivas, tú cautivas.
Loco estoy, por sentirme enamorado de ti. Y sí, estoy enamorado porque no sé cuándo fue que comencé a querer escribirte. Cuando fue que te apropiaste de mis letras. Porque mis letras te pertenecen, ya no son mías. No sé cuándo comenzaste a abrirte paso en mis pensamientos; te apareces allí sin invitación en cualquier momento del día, a veces en una canción, en un poema, en un café frío por preguntarme que estarías haciendo a esa hora, en una noche, en una mañana, en una tarde.
Pero la vida siempre tiene un pero. Es natural que todo acabe, pues todo envejece, y todo llega a un final. Ya hoy estás a medias, porque estás pero no estás, sobre todo, no estarás más.
Espero curarme de esta sensación en unos días. Tú soñaras, yo soñaré. Tú te enamoraras de alguien. Y yo también. Y posiblemente ese alguien te haga feliz. Y posiblemente yo también lo sea. Quizás yo encuentre a alguien que ame la vida como yo la amo, que sienta como yo siento, que ame sin límites como yo amo, que disfrute las letras como yo la disfruto, que viva la naturaleza como yo la vivo, así como tú pareces serlo. Y miraré hacia atrás y te recordaré como aquella que me cautivo con su personalidad. Que me enamoró con un pedazo de su alma.
Y te deseo el éxito de lograr todo lo que quieres, y la felicidad de disfrutar lo que hayas obtenido. Y también te deseo amor, un gran amor. Ese que sueñas. Un romántico que te tomé de la mano, que acaricie tus mejillas, que te mire a los ojos fijamente, que te robe suspiros, que te escriba poemas, que te dedique canciones, que te de regalos comunes y regalos pocos comunes. Que te saque sonrisas y te regale la suya. Que saque lo mejor de ti y te de lo mejor a ti.
Sonríe, crece, vuela, lee, admira, valora, crea, inventa, sonríe otra vez, ama, siente, vive, baila, canta, sonríe de nuevo, no te olvides de hacerlo, escribe, estudia, sé feliz. Cada día es una nueva oportunidad para serlo.
No le puse final. No supe, ni quise ponérselo.
Alejandro Mendoza R.
y comenta
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Genial, me encanto esta parte: "Porque mis letras te pertenecen, ya no son mías. No sé cuándo comenzaste a abrirte paso en mis pensamientos; te apareces allí sin invitación en cualquier momento del día, a veces en una canción, en un poema, en un café frío por preguntarme que estarías haciendo a esa hora, en una noche, en una mañana, en una tarde." Siga adelante éxitos en su vida.
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Previamente: Elisa viajó a Selene en busca del Libro de Hechizos, teniendo que huir a Ciudad Carmesí al presenciar un homicidio y descubrir que la Magister Lenrys es una hechicera. Esto obliga a Dayanna a viajar a Selene en busca de Elisa, encontrándose en la ciudad con un curioso gato negro. Mientras tanto en Urbem, Nohemí está a punto de ser coronada como Reina de Solland.
Y quizás haya alguien que comprenda el significado de las alas, y del ronroneo. Y quizás alguien ignore lo que esconden algunas letras. Lo siento, no tiene un final feliz, dependiendo desde la perspectiva que se le mire.
Historia de la creación de los Sehrli. Perteneciente al mundo de LSH: Selene.
Historia escrita en conjunto con la usuaria y amiga "Ann", con la cual me alternaré la publicación de cada capítulo de esta historia. Espero les sea de agrado. Ella y él. Él y ella. Platicaban todas las noches. Se deseaban buenos días, todos los días. Sus conversaciones estaban llenas de emociones y sensaciones gratificantes, de palabras bonitas y promesas. Se extrañaban el uno al otro y podría decirse que se querían. Pero… no se conocían. ¿Qué eran ellos? No eran pareja absolutamente, tampoco amigos. Pero a la distancia, algo especial los unía. Cada día ese sentimiento que los unía creció y creció hasta que las ganas de conocerse fueron más. Ella y él en dos mundos diferentes. Ella lo tiene todo, él tiene poco. Pero él tiene lo que a ella nadie le ha dado. Y ella tiene lo que él jamás ha conocido. ¿Será más fuerte el amor? ¿O las diferencias? Son ella y él, queriendo ser ellos, queriendo estar juntos, en un amor nacido en una red social. Viviendo un amor en tiempos de redes sociales.


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24 años. Amante de las letras, de la música, del arte, de las personas, y de la vida.