


no dejemos que los lujos nos deslumbre, ya que no todo lo que brilla es oro.
Vendí mi alma por una cama cómoda
Vendí mi alma por un baño de espumas
Vendí mi alma por un buen perfume
Vendí mi alma por un costoso auto
Vendí mi alma por un palacio
Vendí mi alma por unas palabras amables
Vendí mi alma por una nueva vida
Vendí mi alma por una bella mujer
Vendí mi alma por dinero
Vendí mi alma por vengarme de mi amigo
Vendí mi alma por saciar mi ego
Vendí mi alma por un apellido lustre
Siempre desee estar rodeado de lujos, tener el control de todo sin excepción alguna. Y poder sentirme el dueño del mundo, y que todos los que me despreciaron en algún momento de mi vida, verlos arrodillados y humillados ante mí. Finalmente lo he logrado…pero ¿a qué precio?, tal vez tendré que pagarlo con mi propia vida…
En este momento, todo se ha desvanecido ante mis ojos, ya no tengo nada, me he quedado solo, aquellos que me mostraron una sonrisa y me veian como a un amigo o su socio, todos ellos me dejaron atras, pues para ellos yo nunca existi aunque lo tubiera todo, pero yo sabia que todo eso era prestado.
aqui sentado en la calle como un misero pordiosero, espero la llegada del diablo. Pues a él es quien le he vendido mi alma. Para obtener esta maldita basura efímera y sin valor para nadie, ni siquiera para mi lo tiene ahora , admito que no pude controlar mi ambicion y esta me derrumbo al igual que una torre de naipes. Podría decirse que lo único de valor que un hombre puede tener es su alma. Yo no lo creo así, ya que la mia la he vendido por nada. La verdad no me importa entregársela a un demonio, ya que mi alma siempre estuvo vacia.
y comenta
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el mundo superficial y sus vanidades, buena reflexiongracias por sus comentarios chic@s, se los aprecio mucho :)Los poderosos en la antigüedad se enterraban con sus bienes y hasta con su familia. En la actualidad somos menos ingenuos aunque no mucho. El ser humano como especie no ha evolucionado, solo hemos hecho la vida más fácil. Creamos necesidades que no necesitamos y la mayoría de ellas te las imponen. Yo roce la depresión por que me sentía fuera de todo, no me llamaba la atención nada material, ni personal. Ni amor, ni mujeres ni metas... Y le vendí mi alma a un demonio para que me proporcionara evasión. Hoy sigo perdido, pero recuperé mi alma, mate al demonio. No tengo alma que vender pues no quiero nada que tenga un demonio, cada día más solo voy siendo más feliz... Tenia que contarlo jajaAlgo fundamental para poder escribirMuy buena reflexión, Yazmin. Es cierto que si nos llenamos de cosas materiales acabamos vaciando el alma. Enhorabuena
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Agradezco cada una de sus lecturas y comentarios. Este relato lo hice con la colaboración del escritor Uruguayo Carlos Higgie.