Enrique Cimientos se tiró un pedo tan horroroso en la ducha que tuvo que salir apresuradamente para no morir gaseado. Se había administrado a sí mismo tratamiento de judío holocáustico, sin quererlo, aplicándose la Solución Final. No había comido legumbres ni nada por el estilo, y tapoco esa tarde había padecido flatulencias. Pero ya se sabe, lo de peerse es como la fatalidad, en ocasiones acontece la tragedia cuando menos te lo esperas.
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Es curioso esto de la escritura.
Un cielo azul de verano y escamas de sal, como un segundo verso en nuestra estrofa adormecida, cubriendo la temporalidad de la piel primera, la vulnerabilidad de nuestra carne, vehículo de felicidad momentánea.
Haiku doble: Las aristas de lo nuestro
Por eso yo ahora, escribo.
Lo importante no es lo que se nos dice, sino lo que hacemos de ello.
La crisis nos afecta a todos.
Gregor Samsareitor se despertó una mañana después de un sueño intranquilo para encontrarse sobre su cama convertido en un monstruoso sex symbol.
Hacerse viejo. Enfermar. Esperar la muerte en soledad. Todos los finales son el mismo repetido.
En esta vida, todo consiste en elegir qué quieres, y rápido. Si dudas o sólo sabes lo que no quieres, te quedas a un lado del camino.
Arpegio de peces extraños
Pasaban cosas. Siempre estaban pasando cosas. Pero casi nadie se daba cuenta.