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Ups! Nono, venía de leer su relato y ya ves... Escribe, escribe y nada de bajas del club! Besazo, Musi.Una nueva historia con un nuevo registro... esta vez la realidad se ve superada por la imaginación romántica, en un trío que vive una experiencia paranormal. Siempre sorprendes, querido Miki, espero para ya mismo la segunda parte. Besos.Erotismo sí, darle alas a la imaginación, encender un fuego desde una pequeña chispa... ya te comenté y me ha gustado volver a leerlo. Todo es válido si los deseos se comparten y se aceptan. Abrazo, Francesc.Hermoso, Gustavo.El gato tonto había aprendido a sobrevivir.Inspirado poema, desde el título hasta el comentario final. Es una filosofía que habría que seguir: no juzgar. Nunca. Un abrazo, apreciada Ana Sabrina.Gracias por tu hermoso comentario, Tash! Saludos!Aunque se intuía, has hecho aparecer la magia por fin. Como no te veo la intención de hacer pasar al dragón por extraterrestre sólo queda esa posibilidad. Y la idea de que Jenn con un Red Bull... ya sabes, tampoco la veo, jejeje. Me ha extrañado no saber nada de los zetas... No hace falta que te diga que me encanta, no? Pero no te atrevas a estar diez meses más sin publicar el siguiente o ... tendré que volver a leérmelos todos otra vez! Un besazo de los grandes.Es una triste historia, con dos puntos de vista completamente distintos, como decías al principio. Y cada uno tiene sus razones de peso. Se hace fácil imaginar el sufrimiento de la mujer, también la indignación de la doctora. Aún sin saber sus motivos, no creo que mereciera ese final. Una muy conmovedora historia, Ana.Un relato denuncia, una explicación perfectamente comprensible para hallar la paz, me parece muy bueno. Un gran saludo, Gustavo.Me ha encantado el relato, Tash, emociones que creo existen y pueden llegar a terminar con el "corazón roto" o llevar a morir de amor. Abrazo.Apreciadísimo Francesc, sí que siento lo que escribo, y publicándolo puede ocurrir que a alguien no le guste y tenga la amabilidad de decirlo, pero me alegro que te haya gustado. Bob Dylan es un poeta músico. Pienso igual que Ana, la soberbia es tan tóxica para el que la emite como para el que la recibe. Es cierto, trabajando desde casa se relaciona uno menos, pero se está menos expuesto al virus. Vaya susto que me das con lo de tu pueblo, ve con mucho cuidado dónde haya mucha gente... ve por la playa, el aire marino se lleva todos los males! Un abrazo!En mi comentario, me refiero al libro que leísteis en la tertulia literaria. :-)Supongo que se trata de exprimir el tema en favor propio lo máximo posible. Lo que no está bien es ser parcial en un medio de comunicación, pues lo que se cuenta puede que no quede entendido como un comentario personal, sino como una verdad que es verdad a medias. Un abrazo!Apreciada Ana, te agradezco tu sabia aportación al tema. Soberbia la frase de Dante! Un cordial saludo!
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